Plaza del Río, se ha convertido en el refugio de los que quieren escapar del ambiente de ciudad

Por: Gilbert Rodríguez Muñoz

En medio de una de los cruces más concurridos del sector, acompañado de droguerías, parqueaderos, prenderías,  iglesias y un mini mercado, se ubica la urbanización  Plaza del Rio. Un lugar que albergar a más de quinientas personas. Allí vive desde el doctor de una oficina del centro de Medellín,  hasta la señora que vende los tintos en la esquina. 

Su organización compuesta por un presidente, secretario, tesorero y fiscal entre otros, es renovada cada año con el voto de todos los que allí conviven con el fin de imprimirle un poco de democracia a esta pequeña ciudad.  Esta única urbanización en el sector ha traído al barrio y a la zona seguridad gracias a la vigilancia que allí se presta las 24 horas. Según Mauricio  Durango, portero de la urbanización y dueño de uno de los tantos apartamentos que la componen, lo que más se busca allí es cultivar el respeto por el otro.  Las fechas especiales se celebran por bloques, los cuales compiten entre sí de una manera sana, con el fin de darle un ejemplo a las docenas de niños que allí conviven y que están aprendiendo a vivir compartiendo un mismo espacio.

Estos edificios fueron construidos en el año 1997, y desde entonces se ha convertido en el hogar de aquellos que buscan escapar un poco del sofocante ambiente de la ciudad y adentrarse en una comunidad que trata de hacer las cosas de una manera diferente. “Cada apartamento promedio cuenta con tres habitaciones, sala, concina y todos los servicios esenciales para una buena calidad de vida. Para la recreación se ha dispuesto de parques dentro del conjunto con el fin de dar a sus hijos un ambiente sano en su crecimiento”, cuenta doña Martha Cárdenas, quien reside allí desde hace catorce años, quien agrega que vivir allí es muy tranquilo. No tiene apartamento propio, pero no cambia la tranquilidad de su hogar por una casa en medio del vandalismo que azota a la ciudad.  La urbanización Plaza del Río es el claro ejemplo de que unidos se puede más.