La gente –de su país- le agradece, así no haga ningún gol

El fútbol es una fuerza mayor que mueve masas, transforma la vida de la gente, a tal punto que un color deja de ser un simple color; va más allá y se convierte en pasión, en ideología, en música, en himno, en empresa, y por supuesto, en tema de discusión.

Así es, el fútbol es motivo de encuentro para casi todo un país, porque indudablemente, la persona a quien no le guste, está permeado de una u otra forma por él. El esposo, los hijos, los vecinos, los amigos son hinchas de algún equipo.

Para otros, apasionados –casi hasta la muerte- defienden sus ideales a partir de críticas, opiniones y comentarios que a otros no agradan mucho.

Es el caso del periodista uruguayo Sergio Gorzy, quien a partir de tantos años de experiencia y conocimiento empírico sobre el fútbol, no deja de ser un humano que tiene sus propios gustos e ideales que defiende, sin importarle mucho la opinión del público.

Hincha de su equipo Uruguay, en un momento de emociones encontradas se pronunció en desacuerdo de la forma en que Colombia ha manejado el fútbol.

Para nadie es oculto que Colombia ha tenido muchos conflictos por el narcotráfico y la violencia. Por ende, puede dar la sensación que el fútbol en este país se maneje por dineros mal conseguidos.

¡Perdón!, No es una sensación. Es una realidad. O acaso no es verdad que el señor Escobar gritaba a los cuatro vientos que él era dueño del Atlético Nacional y tiraba en el estadio dinero, por supuesto, producto de sus negocios del narcotráfico.

No se debe desconocer además que el fútbol es una mafia, un poder detrás del poder. Entonces ¿por qué nos da rabia que ese señor tenga los pantalones y exponga su vida al decir algo que es tácito?

El señor Gorzy es un referente para el periodismo deportivo, y aunque no tenga un cartón que le dé el título, él mismo se lo ha dado, hasta es capaz de pagar un espacio en la radio para entretener a sus oyentes.

Él le pone optimismo a su equipo uruguayo. La gente –de su país- le agradece, así no haga ningún gol.

Por: Johanna Andrea Olarte Orlas