“Me tocó pedir limosna para levantar a mis hijos”: Una de las fundadoras del barrio Andalucía

 

Por:  Heriberto Cardona

Rosalba Velázquez de Bedoya es una de las pioneras del nacimiento del barrio Andalucía, llegó a este lugar en 1955 huyendo de la violencia entre liberales y conservadores en el municipio de San Jerónimo. Junto a su esposo, Eduardo Bedoya -ya fallecido- y cuatro hijos arrendaron una casa en la finca Andalucía.

Con una sonrisa nostálgica Rosalba remomoró su llegada al barrio con las siguientes palabras: “Llegué con mi esposo y cuatro hijos a arrendar una casa en esta finca”. También compartió que en esta finca nacieron ocho hijos más, ya que no conocían métodos de planificación familiar, lo que resultó en una familia de doce hijos, siete hombres y cinco mujeres.

La familia enfrentó la pobreza extrema, ya que su esposo apenas podía conseguir un mínimo para sostenerlos. “Me tocó pedir limosna para levantar a mis hijos”, dijo. “Los más grandecitos hacían mandados para llevar el sustento. Debido a tanta pobreza, ninguno de mis hijos pudo estudiar. Cuando ya estuvieron mayores, se consiguieron compañeras y compañeros, formando obligaciones aparte, y fue así como me fui quedando sola otra vez”.

A pesar de la adversidad, Rosalba agradeció a don Jesús Jaramillo, quien les dio un terreno y ayudó a construir su casa. “Hoy tengo 84 años y 64 de vivir en esta casita porque nadie más me ayudó para hacer una mejor”, manifestó.

Rosalba expresó su deseo de mejorar su vivienda. “Yo he sufrido toda la vida el karma de la pobreza”, afirmó. “Yo le quiero pedir a los líderes del barrio que me ayuden a conseguir unas mejoras para mi casa porque yo no sé cómo pedirle al municipio que me ayude”.

A pesar de sus 84 años y sus muchos sufrimientos, Rosalba es una persona muy lúcida y contenta. Practica gimnasia y recorre las calles del barrio Andalucía con paso firme.

La señora Velázquez ya no sabe hacer trámites para pedir la reforma, por lo que pidió ayuda a los líderes del barrio y a la Administración para mejorar su vivienda. Su historia es un recordatorio de que muchas personas, como ella, enfrentan dificultades para mejorar su calidad de vida.

Se espera que la petición de Rosalba sea escuchada y que pueda disfrutar de una vida más digna en su hogar.

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