La Casa de Justicia de Villa del Socorro:
Un modelo de acceso a la justicia comunitaria
Por: Heriberto Cardona Zapata
La Casa de Justicia de Villa del Socorro, ubicada en la calle 104B #48-60, es un espacio dedicado a acercar la justicia formal y no formal a los ciudadanos de Medellín. Su objetivo principal es facilitar el acceso a servicios básicos y especializados sin que los residentes tengan que desplazarse fuera de su sector.
Entre los servicios ofrecidos, este Centro de Paz y Resolución de Conflictos ofrece una amplia gama de servicios, incluyendo: Comisaría de Familia: la cual atiende conflictos familiares y casos de violencia intrafamiliar. Inspección de Policía: que resuelve quejas y conflictos entre vecinos. Juzgado de Pequeñas Causas: encargado de tramitar demandas y tutelas para disputas menores. Centro Integrado de Familia (CIF) y Secretaría de Salud: los cuales ofrecen acompañamiento psicosocial.
Conciliación en Equidad: facilita la resolución de disputas relacionadas con arriendos, deudas y servidumbres. Sisbén: actualiza datos e incluye nuevos integrantes en el sistema. Unidad de Discapacidad: ofrece asistencia para adultos mayores. Promotor Local de Gobierno y Gestor de Gobierno: previene delitos y promueve la convivencia.
Centro Especializado de Recepción e Información (CERI): proporciona asesoría legal. Secretaría de Mujeres: promueve igualdad de derechos y oportunidades y el INDER y Ludoteca: espacio de ocio y tiempo libre para niños y jóvenes.
Según Andrés David Muñoz, representante del Centro Integral de Justicia y Paz -como también se le llama- de Villa del Socorro dijo que “el objetivo principal es acercar los servicios de justicia y atención social a los habitantes, facilitando el acceso a recursos sin que tengan que desplazarse fuera de su barrio”. Esta iniciativa busca mejorar la calidad de vida de los residentes, brindando apoyo integral en diversas áreas.
Y los beneficios no se han hecho esperar, ya que el Centro de Justicia Comunitaria ha logrado reducir la carga de trabajo en los juzgados y comisarías, mejorar la resolución de conflictos comunitarios, fomentar la participación ciudadana, proporcionar el acceso a servicios básicos y especializados, así como promover la igualdad de género y derechos humanos, fortalecer la confianza entre la comunidad y las instituciones, además de reducir la violencia y la delincuencia.
No cabe duda que, según Mariana del Pilar Ríos, abogada de este centro, se han logrado importantes avances en la convivencia, pero aún enfrentan desafíos como las limitaciones presupuestarias, la falta de recursos humanos especializados, las dificultades para llegar a sectores rurales, la urgencia en fortalecer la coordinación interinstitucional y mejorar la comunicación con la comunidad.
Pero, de igual manera, tiene unas estrategias a futuro y para abordar estos desafíos, la Casa de Justicia planea ampliar su capacidad de atención, fortalecer la formación del personal, establecer alianzas con organizaciones sociales, mejorar la infraestructura e incrementar la participación comunitaria.
En conclusión, la Casa de Justicia de Villa del Socorro es un modelo exitoso de acceso a la Justicia comunitaria. Su enfoque integral y su compromiso con la comunidad han mejorado la calidad de vida de los habitantes.
Es fundamental continuar fortaleciendo ese modelo para abordar los desafíos pendientes y consolidar la Justicia como un derecho fundamental.
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