"La gripe de moda” (publicado el 22 de marzo de 2020)



Ya lo habían mostrado con su ejemplo Fernand Braudel y Eric Hobsbawn, de que un historiador jamás deja de serlo, pues siempre está problematizando el contexto que le rodea y consecuentemente, un profesor jamás deja de enseñar. Así que en estos días de cuarentena y para tener ocupada mi mente decidí dar respuesta desde mi campo, valiéndome de mis libros y la web, de lo que muchas personas se preguntan alrededor del covid-19, es decir, ¿esto ya había ocurrido? ¿por qué cerraron las escuelas? ¿por qué es importante no salir de casa? Y sobre todo ¿cuánto tiempo durará esto?

Decía Marx en el ‘18 Brumario’ parafraseando a Hegel (1), que la historia ocurre dos veces, la primera como tragedia y la segunda como farsa, o en otras palabras cuando se cometen exactamente los mismos errores del pasado. Lo cierto es que una calamidad pública similar la vivieron nuestros bisabuelos o abuelos en 1918, año en que un cocinero del ejército de Estados Unidos enfermó el 4 de marzo, dentro de un destacamento militar en Kansas, no obstante, desde fines de 1917 se sospechaba de una influenza demasiado fuerte en Carolina del Norte. De recordar que eran los años de la Gran Guerra, conocida después como la I Guerra Mundial y tal destacamento militar era el punto de salida para los cientos de miles de soldados estadounidenses que partieron a las trincheras europeas.

Curiosamente, a la pandemia se le llamó “Gripe Española” porque en aquel entonces España era neutral en la guerra y al llegar la pandemia, la información y datos no eran censurados, cosa que sí sucedió con las naciones en conflicto como los mismos Estados Unidos, donde el presidente Woodrow Wilson junto con el Estado Mayor, ocultaron la pandemia hasta más no poder. Entonces, las primeras referencias a esta influenza las tenemos de España pues incluso el rey Alfonso XIII la padeció, de ahí que se le llamara “la gripe de moda” (2). Ya luego, en el mes de octubre la gripe llegó a Bogotá con dos posibles hipótesis, a través del Atlántico en un barco proveniente de Barcelona, lo que implicaría entrar por Bocas de Ceniza y remontar el río Magdalena hasta el puerto de Honda, después subir la cordillera hasta Facatativá y finalmente la capital; o, la versión que pudo llegar a través de una encomienda venida de Estados Unidos (3).

        Entonces, 102 años después de la última pandemia en Colombia aún tenemos escasa información sobre su impacto, dicho sea de paso, esta se concentra en la capital y el departamento de Boyacá donde se estima que murieron cerca de 3000 personas, es de citar las investigaciones del Museo de Historia de la Medicina y la Salud de Tunja (4) y el Grupo de Investigación Salud Pública de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (5). Como un gran resumen estos dos trabajos son publicados en el contexto del virus h1n1 de 2009, el cual tenía características similares al de 1918 y se argumenta, que el escalonamiento de dicha gripe no fue tan fuerte, porque los habitantes del planeta provenimos de los sobrevivientes a la gripe española, donde fue contagiada casi el 80% de la humanidad y murieron de 20 a 50 millones de personas indistintamente del rango de edad, porque dicho virus en particular también acabó con la vida de jóvenes y no sólo viejos. Para Boyacá y Bogotá, el caso realmente fue complicado debido a que la altura del altiplano contiene menos oxígeno que irrigue la sangre, a eso si se suman otros factores como la precaria higiene pública de principios del siglo XX, pobreza o desnutrición.

Ahora miremos qué pasó en Bogotá donde el virus llegó en octubre al inicio de la temporada de lluvias, una condición más para la transmisión. Pues resulta que, aunque no hubo cuarentenas generalizadas la ciudad paulatinamente comenzó a quedarse en sus casas cuando la población enfermó y la única referencia de una gripe de esas dimensiones era la sucedida en 1890. Muchos, ante las condiciones económicas difíciles aun enfermos tenían que salir de sus casas a trabajar, lo que implicó que, aparte de seguir transmitiendo el virus, tras la recuperación, sufrirían de por vida problemas pulmonares. Las escuelas se cerraron y la gente comenzó a salir únicamente a lo esencial, a provisionar de comida, pero hubo acaparadores y especuladores, por ejemplo, una botella de leche valía antes de la pandemia 5 centavos y en el pico más alto de la enfermedad, la leche llegó a valer un peso y seis centavos, un 2.120% incrementó el precio; a saber, que un día de jornal podía estar en los 5 pesos. Igual, no faltó la solidaridad, ejemplo el fotógrafo alemán August Schimmer donó para las carestías de los menos favorecidos 305 pesos.

Ahora, En la junta de socorro, personajes del liberalismo como Eduardo López Pumarejo acercaron al comercio para hacer donaciones y el alcalde de Bogotá, Santiago de Castro, nombró inspector de comedores a Laureano Gómez, cosa que demuestra que de ambos partidos enfilaron baterías para superar la crisis como una política de primera necesidad, así décadas después acabaran con el país. También es de destacar que incluso los practicantes y estudiantes de medicina participaron en la contingencia y el gobierno se encargó de cubrir sus necesidades; además se procuró el abastecimiento normal de víveres en medio de la crisis y no faltó la experimentación de posibles remedios, hasta llegar al punto de sugerir gárgaras con petróleo.

Asimismo, actividades cotidianas se paralizaron como los viajes del tranvía, corridas de toros o reuniones sociales de todo tipo. El pico epidémico provocó el colapso del San Juan de Dios y prácticamente el Hospital de la Hortúa atendió sólo estos casos, de hecho, se dispuso la construcción de un nuevo hospital en la Calle 13 con 26, cerca al Paseo Bolívar para atender a un sector pobre de la ciudad fuertemente golpeado con la enfermedad. Así las cosas, para inicios del mes de noviembre la cantidad de fallecidos llegaba a 1295, mientras que en septiembre sin pandemia había sido de 312. A la par habían 595 hospitalizados, 250 tratados en casa, 63 presos. Tanto fue el mal causado por el virus que, De Castro, el alcalde, quien también había enfermado, decretó la inmediata inhumación de los cuerpos en el cementerio central apenas fallecieran sin presencia de familiares y se pidió al arzobispo de Bogotá no oficiar misas en ese lugar e impedir el ingreso de los feligreses.

En lo que concierne a la región, el virus se esparció por la comarca y se contaban casos en Nocaima, Vergara, La Vega, Zipaquirá, Facatativá, Soacha, Usme, Ubaté, Chía, Villavicencio, Tausa y Girardot; de hecho, un telegrama llegado de Caracas mencionaba la disposición de una inmensa cantidad de recursos que superaban los 50 mil bolívares, para mitigar los estragos de la gripe en Venezuela (6). A cuenta gotas la epidemia se superó en diciembre, dejando tras de sí, una estela de muerte que el país no veía desde la guerra de los mil días (1899-1903).

Finalmente, en la prensa de la época sí existió y se divulgó conocimiento sobre la expansión de las gripes, que estas viajaban entre países y continentes de acuerdo con los medios de transporte y se recalcaba que quienes menos estaban propensos a contagiarse eran quienes vivían en núcleos urbanos pequeños o quienes realizaban actividades sólo en casa. De otro lado, el trabajo realizado por el Grupo de investigación de la UPTC ya citado, muestra preocupación por la posibilidad que, en un mundo globalizado, aún con condiciones de pobreza no solucionados en la población, entre otros, la expansión de una nueva pandemia sin las medidas necesarias sería catastrófica.

Aquí están las lecciones que nos deja el pasado de un hecho que sucedió en todo el mundo, llegó a Colombia y les tocó a nuestros antepasados de hace tres generaciones afrontarlo. Este escrito está hecho en un lenguaje sencillo, pero con toda la rigurosidad académica para evitar ser una ‘fake news’ y los datos del autor, así como de las citas, son de fácil comprobación en internet. Varias de las imágenes que acompañan el texto tienen su referencia abajo. Eres libre de compartir, no olvides citar la autoría y evitar alterarlo. Pero ante todo 😷 #QuédateEnCasa

Referencias citadas
(1) Marx, Karl. “El 18 brumario de Luis Bonaparte”. Moscú: Ediciones progreso. 1985, 7.

(2) Trujillo Dávila, Alberto. “La peste ataca en Bogotá”. Revista Semana, Nación. 2.20.2003 https://www.semana.com/on-line/articulo/la-peste-ataca-bogota/57577-3
(Consultado el 22.3.2020)

(3) Forero, Ángela y Rodríguez Adriana. “La gripe que mató a más de 40 millones de personas”. El Tiempo, Viaje. 29.05.2018
https://www.eltiempo.com/salud/que-fue-la-gripe-espanola-216356
(consultado el 22.3.2020)

(4) Organización de Estados Iberoamericanos. “Boyacá fue la región colombiana con mayor mortalidad a causa de la gripe española de 1918”.
 https://www.oei.es/historico/divulgacioncientifica/noticias_069.htm
(consultado el 22.3.2020)

(5) Manrique, Fred, Martínez, Abel, Meléndez, Bernardo, Ospina, Juan. “La pandemia de gripe de 1918-1919 en Bogotá y Boyacá, 91 años después”. Asociación Colombiana de Infectología. Revista Infectio, v. 13, n. 3, septiembre de 2009. 182-191.

(6) El Tiempo. 1.11.1918. 2p. https://www.eltiempo.com/buscar (consultado el 22.3.2020)
Imágenes:
Tomadas del grupo de Facebook: Fotografías antiguas de Colombia
https://www.facebook.com/groups/fotosantiguascolombia2014/
(consultado el 22.3.2020)
Subidas por el perfil de Jaime Páez https://www.facebook.com/jaime.paez.188?

Oscar Armando Castro López, Doctor en Historia, Universidad Nacional de Colombia
Docente de la Secretaría de Educación de Bogotá y Universidad Distrital Francisco José de Caldas

Comentarios

Entradas populares de este blog

Servicios de Casa de Justicia Villa del Socorro

SACERDOTES CASADOS EN COMUNA ONCE DE BELLO Y EL ÁREA METROPOLITANA

Planilla de Billar

COMERCIO EN LA 107 DE ANDALUCÍA

PROBLEMÁTICAS DEL BARRIO LA FRANCIA, SEGÚN SUS DIRIGENTES

Antes Escuela Especial La Rosa, hoy Institución Educativa República de Honduras

La Institución Manuel Uribe Ángel tiene sus inicios en una manga del barrio Andalucía

LUDOTECA EN CAÑADA NEGRA

BODAS DE ORO DE LA JUNTA DE ACCIÓN COMUNAL DEL BARRIO LA FRANCIA

Educación nocturna en Villa Niza Norte, otro servicio de la Institución