MARTHA CÁRDENAS, DISPUESTA A DAR TODO, SIN ESPERAR NADA A CAMBIO

Por: Gilbert Rodríguez Muñoz

Todos los días desde muy temprano sale doña Martha Cárdenas rumbo a su trabajo, no es un trayecto muy lejos, ya que vive a tan solo una cuadra de allí. A las 6 y 15 de la mañana ya todo está listo. El tinto está caliente, las tortas de carne, las mas apetecidas del sector, se muestran atrayendo las miradas de aquellos que pasan por el lugar. El periódico se exhibe para aquellos que les gusta estar informados de lo que pasa en la ciudad, Los jugos, su especialidad, listos para ser preparados por esta mujer de 51 años de edad, quien hace dos años y medio le da un sabor diferente al sector. 

Cuenta doña Martha “estoy muy agradecida con mi trabajo, pues antes de tener este puesto en el mini mercado, trabajaba con un bolso lleno de cosméticos visitando clientes como muchas mujeres y hombres en este país que salen a conseguir cada día el sustento de los suyos. Cuando espacio público me entrego el puesto me dijo, ‘cuídelo doña Martha que esto es suyo’, cuenta orgullosa doña Martha. Allí es visitada por ancianos, a quienes el tinto no les puede faltar a la hora de entablar una tertulia a la sombra de los arboles que opacan el sol, también por gente que cruza el lugar y son atraídos por su aviso ‘La Fuente de los Jugos’ “me considero un fanático más de ellos, ya que me prepara una de esas tantas delicias que tiene a la venta y con esto logro convencerme para volver en una próxima ocasión” dice uno de los contantes clientes de doña Martha. 

Quienes la conocen la describen como una mujer trabajadora, dispuesta a dar siempre sin recibir nada a cambio, su fe en Dios, de lo cual habla orgullosa, la ha convertido en los que es hoy en día. Madre de cinco hijos, de los cuales, como ella misma dice, el bebe tiene 26 años, esposa de un buen hombre, quien la ha acompañado gran parte de su vida en las buenas y en las malas, como lo aduce ella misma. 

Hoy doña Martha es una mujer que ha atravesado por muchas dificultades que pone la vida, con mucho esfuerzo y dedicación ha logrado sacar a su familia adelante. Ella es tan solo una de esas tantas mujeres que todos los días salen a la calle a trabajar, buscar con que pagar arriendo, hacer mercado, pagar servicios públicos, pero sobre todo, una mujer que siempre tiene una sonrisa en el rostro y una enseñanza para regalar.