Editorial
Ser conocidos es pasajero, pero ayudar a los demás deja un legado
Por: Iván Darío Bedoya Lopera
En la era de las redes sociales, es común ver personas ansiosas por obtener reconocimiento y fama. Los listados de “los más influyentes” o “los más populares” circulan constantemente, y muchos se esfuerzan por aparecer en ellos. Sin embargo, en medio de esta búsqueda de reconocimiento, es fácil olvidar lo que verdaderamente importa.
Detrás de los títulos y los cargos, hay algo mucho más valioso: la capacidad de servir a los demás. El verdadero liderazgo no se mide por la cantidad de seguidores o la posición en un ranking, sino por la capacidad de ser útil, servir e inspirar desde la humildad.
La imagen de Jesús lavando los pies de sus discípulos es un poderoso recordatorio de esto. En un acto de humildad y servicio, Jesús demostró que el verdadero liderazgo no se trata de buscar reconocimiento, sino de poner a los demás en primer lugar.
Como dijo Winston Churchill, “El problema de nuestra época es que la gente no quiere ser útil, sino importante”. Esta cita recuerda que la verdadera grandeza de un líder no se encuentra en su título o cargo, sino en su capacidad para hacer una diferencia positiva en la vida de los demás.
En última instancia, los títulos y los cargos son temporales, pero el impacto que se deja en las personas es lo que realmente cuenta. Los líderes que se enfocan en servir a los demás, en lugar de buscar reconocimiento, son aquellos que dejarán un legado duradero.
Es hora de reevaluar las prioridades y recordar que el verdadero liderazgo se trata de servir, no de buscar fama. Al poner a los demás en primer lugar, se puede hacer una diferencia real en el mundo y dejar un impacto que trascienda en el tiempo.
La humildad y el servicio deben ser los pilares fundamentales de cualquier líder. Al adoptar este enfoque, se puede crear un mundo más justo, más compasivo y más unido. No se trata de quién es el más importante, sino de cómo se puede trabajar juntos para hacer una diferencia positiva en la vida de los demás
En resumen, el verdadero liderazgo no se mide por la cantidad de seguidores o la posición en un ranking, sino por la capacidad de ser útil, servir e inspirar desde la humildad.
Es hora de cambiar la perspectiva y enfocarse en lo que realmente importa.
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