ANÍBAL CADAVID, UN ALBAÑIL DE PROFESIÓN Y UN ARTISTA POR VOCACIÓN
Entre cemento, ladrillos y palustres, Aníbal Cadavid ha encontrado el sustento para su familia; a los escombros restantes de su oficio hace tres años les ha destinado la misión de darle el escape de la cotidianidad. En un momento de ocio en la sala de su casa, ubicada en el barrio Popular 2, Aníbal empezó a experimentar con restos de baldosas que habían quedado tras un día de trabajo. Ahí encontró una vena desconocida de su vida: el universo del arte. En este empeño lo han acompañado su esposa Yolanda y sus dos hijos, Maritza de 37 años y Juan Carlos de 31. Pasados tres años, después de la elaboración de su primer cuadro, la capacidad de este artista va en ascenso, ya no sólo trabaja con restos de baldosas, hoy maneja otro tipo de materiales, como pinturas y listelos de construcción (apliques para separar tipos de baldosas), además de usar el collage, destreza que no sabe definir – dado que su formación es empírica – pero que aplica a la perfección. “De mis primeros 5