¿PARANOIA, PREMONICIÓN O PRESENTIMIENTO?
Desde muy niña, a Diana Espinosa Marulanda la persigue algo que no se sabe qué es. En dos ocasiones la metieron debajo de la cama por el lado del rincón. Desde allí veía a su abuela que había muerto estirada con los pies cruzados. La casa era pequeña y el reblujo estaba allí. Despertaba y veía acostada a su abuela. Cuando su madre la despertaba, le respondía que estaba con su abuela, pero cuando ella venía, la anciana desaparecía. Por esto, su familia declara paranoica.
Mi mamá me decía que no me había pasado nada. Que esto me sucedía desde que tenía uso de razón, hasta los ocho años. Pero tengo algo que es un don o premonición, ya que también presiento cosas y tengo visiones.
Antes de construir la casa, que era de bahareque, veía a mi abuela y después de construirla, ella desapareció. Lo que sí me quedó fue el sentido de premonición que a veces no puedo evitar”. Contó Diana.
Además, aseguró que Dios le dio un don de ver y sentir lo que está pasando y está por suceder. Cuando mataron a mi hermano, el noviembre 16 de 1996, yo ya lo había presentido quince días antes y traté de evitarlo. Consistía en hacer una llamada, pero el teléfono era de una vecina y ni me quisieron hacer el favor de dar la razón. Quería saber que en mi casa todo estaba bien. Cuando me dirigía al teléfono, algo me detenía y no podía pasar del quicio de la puerta”.
Ella también contó que cuando eran las seis de la tarde, le pasó algo anormal. Se organizaba frente al espejo y éste se levantó con furia a darle en la cabeza. Al esquivarlo le cayó en los pies partiéndose en varios pedazos y a ella no le sucedió algo. “Recogí los vidrios con la mano izquierda y los bañé con agua en cruz. Lo hice porque Edilsa, una amiga mía que llegó en ese momento, me aconsejó que lo hiciera, y así no pasaría ninguno de mis presentimientos. No funcionó, pues a las 7:30 p.m. recibí la noticia de la muerte de mi hermano. Mi premonición resultó ser verdadera”. Explicó Diana.
Otro caso fue con su amiga de infancia a quien sorprendió la muerte. Se trataba de Sandra Velásquez. Presintió que llegaría a invitarla a ella y a su mamá a un bailar. Al sábado siguiente, su amiga llegó para hacerle la invitación como había presentido. “Mi hija no la aceptó ni permitió que yo asistiera, esto por lo que había ocurrido”. Dijo su madre.
Con respecto al caso, Diana aseguró: “Ocho días antes me fui con mi novio y dejé a mi amiga en la casa. A las 10:30 p.m. presentaban una película en uno de los canales básicos, y en vez de ver en la pantalla lo que estaban presentando, vi que transmitían la muerte de mi amiga Sandra. La forma en que la mataron, el arma con el que le dispararon, el levantamiento de su cuerpo, la forma de su rostro lleno de esquirlas y la vi en el velorio.
Al día siguiente que llegué a mi casa me encontré con otra amiga, muy aterrada me preguntó: ¿ya sabes lo que pasó? Me lo contó, confirmando lo que había visto en la pantalla del televisor la noche anterior”.
Contó que en otras ocasiones ha tenido momentos de desdoblamiento. Ve que abandona su cuerpo y recuerda una reencarnación, la de su hijo, encarnado en una flor.
El esposo de la señora Espinoza, Rubén Gil, no cree en las alucinaciones y le aconsejó que no piense y no crea en nada, que son bobadas suyas.
Bryan, su hijo de octavo grado tampoco creen en lo que le pasa a su mamá, y dice: “Ya montó una película o ya se le corrió el shampoo. Lo que me parece raro es que me pegaron un susto. Algo se levantó del suelo. Salí corriendo. Cuando pasé junto a eso me pegaron palmadas en la pierna”.
Diana aseguró que lo cierto del caso es que donde ella está, existe una energía que no es conocida en este mundo, o al menos por ella.
Lo cierto es que lo que le sucede a la señora Espinoza no es normal, y aunque su familia asegura que es paranoica, no se descarta que pueda tener razón en sus visiones y mucho menos poner en duda el desdoblamiento que ha tenido, ya que científicamente se ha comprobado que esto puede pasar.
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