Sin payasos, ni trapecios, ni malabaristas: el trabajo hoy de los cirqueros

Las reuniones familiares por lo general son animadas por un payaso, mago o malabarista es decir las fiestas son animadas por personas que probablemente trabajan en los circos desde tiempos remotos en cada ciudad. En cada barrio existían unos puntos estratégicos para instalar una carpa de circo, donde la comunidad en general, sin distingo de razas, sexo, credo o edad; se reunían para tener una tarde cultural con los payasos, los trapecistas, los malabaristas y unos cuantos animales que completaban el show. Cuando no era en un lugar del barrio se encontraban en otros lugares del mismo sector, pero siempre había un lugar donde se podía tener un fin de semana con la alegría de los cirqueros.
Luis Fernando Hoyos, conocido también como payaso mágico ROSQUETÍN, es en realidad un espectáculo que realiza toda clase de eventos, como primeras comuniones, bautizos, lanzamiento de productos, y cómo él lo dice, “un espectáculo mágico para chicos y grandes”, cuenta además que La Secretaría de Cultura patrocinó el festival del circo con 140 millones de pesos para instalar once carpas y fortalecer 18 agrupaciones de cirqueros, a quienes les tocó a cada uno tres millones trescientos mil pesos, por los cuatro días del 21 al 25 de noviembre del presente año. “Lo que es mucho dinero para un evento y poco para un año, que es lo que se demora el otro festival”, dijo el payaso.  ‘Rosquetín’ también aduce que no es muy buena la ayuda de la Administración porque una carpa genera mínimo diez empleos y por falta de espacios en las comunas no pueden tener un trabajo continuo, ya que tiene que soportar la inconsciencia del personal de espacio público y del propio INDER, que está ocupando todos los terrenos donde anteriormente se instalaban dichas carpas.
El señor Hoyos, ‘Rosquetín’ le hace una propuesta a la Alcaldía Municipal: “que se adecúen unos espacios apropiados en cada comuna, para poder seguir con la cultura del arte escénico (payasos, malabaristas, magos, etc), que no quiero que se  me sigan presentando tantos problemas por los permisos que se necesitan para llevar a cabo la instalación de las carpas, porque es insólito que la Administración apoye el festival dándole dineros a las mismas entidades oficiales y ponga tantos trámites para que los cirqueros puedan trabajar. Esta es una idea para que así la comunidad tenga más cercano unos puntos de sana diversión a muy bajos costos, porque de lo contrario tendrían que contratar un show que ya sería muy costoso”, terminó Luís Fernando.